jueves, 9 de junio de 2011

Nuestra America

El año pasado en Cancún, el Grupo de Río acordó la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, compuesta por treinta y dos países, con la exclusión deliberada de Estados Unidos, Canadá y España y con el objetivo de desmarcarse de la influencia norteamericana.


En abril se aprobaron el documento estructural y los estatutos del organismo regional, que diseñará políticas de seguridad alimentaria, salud, educación, tecnología y deportes, y el 5 de julio en Caracas, Venezuela, fecha del bicentenario de la Independencia de la República Bolivariana de Venezuela, se instalará la Comunidad con la aprobación de la Carta de Derechos Sociales, además de un fondo para erradicar la pobreza.


Esta unificación de distintas instancias de acuerdo regional evidencia aun más, si fuera posible, el curso declinante de la Organización de Estados Americanos, como bien dijera Raúl Castro, fruto de la Guerra Fría y sus doctrinas ya obsoletas, como ministerio de colonias de Estados Unidos.


Por esa razón aseguró el Presidente cubano, Cuba no regresará jamás a la OEA, y sí hay que agregar que Cuba será parte de la CELAC.


Por esto es de destacar la firme posición de Ecuador al tratarse el reingreso de Honduras a la OEA, su presidente Correa se mantuvo fiel al principio de que los acuerdos al respecto no debieron haber pasado por alto las sanciones a los golpistas y al régimen por ellos instaurado, por los crímenes y violaciones de los derechos humanos al reprimir las protestas populares. Es en este contexto contradictorio que el pueblo hondureño afronta ahora una etapa novedosa de su lucha, contra la resistencia sangrienta que oponen la oligarquía y los políticos golpistas.


De igual manera el pueblo venezolano se levantó para rechazar la calificación de “auxiliador del terrorismo” que le endilgó el Pentágono, porque la empresa venezolana PDVSA se ha tomado el derecho de promover proyectos y relaciones con Iran, socio petrolero, sin consultar al departamento de Estado, que angurriento, quiere los pozos de gas, petróleo y agua dulce, octava reserva más grande del planeta.


Por estas razones tan valiosas, el pueblo venezolano y los pueblos latinoamericanos merecen, como lo explica el Partido Comunista de Venezuela, que finalice la política de entregas de prisioneros y toda colaboración con países imperialistas y sus lacayos, en este caso el presidente colombiano Santos.


Habría que agregar que Perú se ha desmarcado del eje preparado por Estados Unidos en la zona andina con el triunfo de Ollanta Humala y asi de seguido, avances y retrocesos, presiones y hechos alentadores, que acontecen en nuestros países.


Las circunstancias reclaman que hoy, cuando se ha avanzado un trecho importante en políticas antineoliberales, es necesario comprender que en la presente situación, en que la cultura política se ha acrecentado y se plantean nuevas aspiraciones, no alcanza con gobiernos que hagan las cosas mejor que los anteriores, ni con mejorías en las situaciones económico sociales, sino que es preciso tener programas y fuerzas políticas sólidas y democráticas de carácter liberador para realizar cambios reales.

Editorial Nuestra Propuesta 09-06-11

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